“La plata ya no alcanza para nada”, esta es una sensación cada vez más generalizada entre los costarricenses y con la que hemos tenido que aprender a vivir en los últimos años.
Lo que no perciben muchos ticos es que el causante de esta preocupación es un fenómeno económico que provoca un alza generalizada y sostenida de los precios de los bienes y servicios en relación a un ingreso determinado (poder adquisitivo). Este fenómeno es conocido como inflación.
Cifras preocupantes. La inflación es medida en Costa Rica por el Instituto Nacional de Estadística y Censo (INEC), mediante el Índice de Precios al Consumidor (IPC), el cual es un indicador estadístico que mide los cambios de los precios de un grupo determinado de bienes y servicios que más consumen las familias en el país, en un periodo de tiempo determinado. El IPC posee como base de cálculo julio de 2006, abarca un total de 292 bienes y servicios que representan la canasta básica de consumo de los hogares costarricenses.
Este índice en el 2006 cerró en un 9,43%, para el 2007 alcanzó el 10,81% y en el primer trimestre del 2008, en promedio fue del 11%, con un acumulado a mayo del 2.25%. Estas son cifras para preocuparse.
Como consecuencia con lo que se apuntó anteriormente, la inflación posee diversos efectos, por ejemplo, limita el poder adquisitivo de todas las personas, empresas y Gobierno y, como es de suponer, castiga más a las personas de escasos ingresos. Además genera un elemento de incertidumbre en la toma de decisiones de los agentes económicos, como usted o yo, y en especial de las empresas.
Este fenómeno tienen diversas causas que distan mucho de ser solo monetarias (provocadas por el aumento en la cantidad de dinero en circulación), existen componentes estructurales (educación, hábitos de consumo, etc.), y de inflación importada (alzas internacionales de materias primas), que a su vez repercute en inflación por costos (alza en bienes motivada por las materias primas), entre las principales.
Acciones. ¿Qué podemos hacer? Nosotros como ciudadanos podemos influir en mermar la tendencia de alzas en la inflación, al introducir pequeños cambio en nuestro diario vivir, como ahorrando combustible, luz, enseñando a nuestros hijos a ahorrar hoy para invertir mañana, solicitar préstamos por el monto necesario y preferiblemente que estén orientados a realizar inversiones productivas y evitar los destinados al consumo.
Esta es solo una reflexión que intenta despertar la conciencia de que con el esfuerzo de todos los costarricenses, las autoridades monetarias, los empresarios, y tomando una actitud de ocuparse antes de solo preocuparse del problema, será posible, únicamente así, lograr bajar las tasas de inflación en nuestro país.
Raúl Fonseca Hernández, Economista.
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